Antes de transformarse en el icónico guitarrista de Black Sabbath, Tony Iommi trabajaba en una fábrica metalúrgica. A sus 17 años y en contra de la opinión de sus padres, decide renunciar a su trabajo para dedicarse 100% a la música. Pero justo en su último día laboral un compañero se ausenta y Iommi tiene que reemplazarlo utilizando una máquina cortadora de metal que no sabía usar.
En un mal movimiento, la hoja de corte le rebana dos falanges de su mano derecha, la mano con la que él pulsaba las notas en el diapasón de la guitarra ya que era zurdo.
Desangrándose, Tony es llevado rápidamente por sus compañeros al hospital pero los médicos no pueden volver a implantarle sus dedos. Tony entra en una profunda depresión pensando que nunca más podrá tocar la guitarra como antes.
Pero su capataz lo motiva a no desistir y le presta un disco de Django Reinhardt, el legendario guitarrista de jazz que tocaba con solo dos dedos ya que un incendio le había atrofiado su mano.
Inspirado por esta historia, Iommi dedice colocarse dos implantes de goma y con un tremendo esfuerzo, práctica y dedicación vuelve a empuñar su guitarra y el resto es historia.
Puedes ver la historia en video aquí
https://www.youtube.com/shorts/H8DpXtmD5Eo